La directora canaria Mercedes Afonso visitará mañana Lorca para presentar 'El amor se mueve', su primer largometraje. La realizadora estará acompañada por Alba Cabrera y Pablo Centomo que, junto a Silvia Abascal, Ana Wagener y otros actores, protagonizan esta película coral
ANA GUARDIOLA Mercedes Afonso presenta mañana en la Primavera Cinematográfica -Pza. Calderón, 22.30 horas- su ópera prima, 'El amor se mueve', una película coral que habla de sentimientos universales, como dice la directora, que asegura que éste ha sido un sueño hecho realidad.
¿Cómo surgió contar esta historia?
El paso del corto al largometraje, ¿también fue bonito o se convirtió en un acto de valentía?
Además, empieza con una historia coral con catorce personajes principales y más de treinta actores, ¿cómo ha sido la dirección?
Ha rodado 'El amor se mueve' en Canarias y prepara allí su próxima película, ¿qué le aportan las islas?
¿Qué es la Escuela Encantada?
Su productora se llama Lunática y sus cortometrajes hacen mucha referencia al cielo y a las estrellas, ¿se considera una lunática también?
ANA GUARDIOLA Mercedes Afonso presenta mañana en la Primavera Cinematográfica -Pza. Calderón, 22.30 horas- su ópera prima, 'El amor se mueve', una película coral que habla de sentimientos universales, como dice la directora, que asegura que éste ha sido un sueño hecho realidad.
¿Cómo surgió contar esta historia?
Muy poco a poco, tenía la idea en la cabeza y en el camino fui conociendo gente y viviendo situaciones que me aportaban algo. Era además un momento en el que quería transmitir algo positivo, porque nos centramos siempre en las cosas negativas cuando hay cosas bonitas, como enamorarse, dar vida y otras de las que habla esta película, que están ahí y no deberían pasar inadvertidas. De hecho, dicen que quiere usted contagiar al espectador su optimismo...Creo que como creadores tenemos esa responsabilidad de transmitir algo bonito, no sólo conceptos o situaciones que nos rompen el corazón.
El paso del corto al largometraje, ¿también fue bonito o se convirtió en un acto de valentía?
Fue muy duro, psicológicamente sobre todo, porque es un paso de gigante a nivel de trabajo, a nivel económico, pero creo que en mi trabajo, como en todo en mi vida, hay que arriesgarse para vivir. No puedes dejar que pase la vida sin hacer nada y decir que, porque era difícil, no lo intentaste. Para mí era un reto intentarlo y el premio está siendo el contacto con el público cada vez que voy a un festival. Es impresionante que gente que no te conoce te diga frases que te llenan el corazón.
Además, empieza con una historia coral con catorce personajes principales y más de treinta actores, ¿cómo ha sido la dirección?
Pues creo que he hecho todo un master..., porque la gente me decía que estaba loca por trabajar en cuatro islas con treinta y cinco actores, pero la experiencia ha sido muy positiva y creo que en el casting tuve mucha intuición. Los actores han conseguido entender a sus personajes e implicarse en su papel hasta hacer que sean totalmente creíbles.
Ha rodado 'El amor se mueve' en Canarias y prepara allí su próxima película, ¿qué le aportan las islas?
La gente cuando llega siempre dice que el tiempo va más despacio y es cierto, y eso te da la oportunidad de mirar más reposadamente el mundo y a los demás. Cuando viví en Madrid me preguntaba por qué todo el mundo iba tan deprisa, porque eso nos aparta de las cosas importantes. Me gusta trabajar en Canarias e intento retratarla fuera de sus tópicos.
¿Qué es la Escuela Encantada?
Es un centro para realizar talleres que puse en marcha junto a mi pareja, que es escultor. La Palma necesitaba un sitio donde se moviera la cultura. Personalmente, yo quiero transmitir mi pasión por el cine, porque está muy bien lo de la era digital, pero no se puede perder el valor de lo que queremos contar.
Su productora se llama Lunática y sus cortometrajes hacen mucha referencia al cielo y a las estrellas, ¿se considera una lunática también?
Yo siempre digo que hay que vivir con los pies en la tierra y la cabeza en la luna. Los pies en la tierra para que sepamos qué pasa a nuestro alrededor, lo que quieren los que nos rodean, pero la cabeza está también para soñar. Creo que sí, que lo de lunática respondía bien a esta postura.
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