lunes, 15 de febrero de 2010

70. La opinión: Todos queremos hacer películas que lleguen al público´

"Mi gusto va en esa misma línea. Me interesa el cine de autor, que me mueva, que me haga sentir"


foto: Carlos Quintana

Tras rodar en 1997 su primer corto, Siempre, como trabajo final de la Escuela de Cine y Televisión Séptima Ars de Madrid, podríamos decir que
Mercedes Afonso (El Paso, 1971) casi empezó mirando con atrevimiento La tierra desde la luna (2001), para ya en el tercero dedicarse a mostrar la vida de Ada en una isla encantada (2004).


ANTONO JIMÉNEZ PAZ SANTA CRUZ DE TENERIFE

Aunque muchas han sido las dificultades para conseguir contar a su manera cinematográfica las historias que giran y giran en su cabeza, en 2007 pudo llevar a cabo su primer largometraje, El amor se mueve. "Es tanto el mundo interior, como la visión de lo que nos rodea, lo que hace, o debería hacer, que cada director hable con su propio lenguaje". De ahí que insista en escoger una y otra vez la isla de La Palma, su isla de nacimiento, como plató de extraordinarias posibilidades para contar historias universales que traspasen nuestras propias fronteras. Mercedes Afonso es tan directora de cine como soñadora, soñadora como insistente: "Creo que puedes lograr todo lo que te imagines si consigues verlo en tu cabeza". Su próximo largo ya lo está viendo.

- ¿Para conseguir su primer largometraje, El amor se mueve, hay que hacer primero un poco de todo?

- Yo creo que sobre todo hay que rodar antes cortos, contar historias pequeñas, enfrentarte con un rodaje, dirigir un equipo, buscar a los personajes dentro de los actores… que todo esto no viene a ser más que la verdadera escuela. Este primer proceso es necesario y tremendamente útil para coger confianza, para aprender de las cosas que no quedaron como queríamos, para analizar nuestros aciertos y nuestros errores, e ir creciendo poco a poco como creadores, para que cuando llegue el salto al largo estemos preparados… Es un gran salto, sin duda.

- Si así lo considera, ¿qué aspecto se le ha resistido más?

- No sabría decir qué es lo que se me ha resistido más… Hay varias cosas que han costado mucho, pero quizás sea el último proceso, la distribución y ventas de la película. ¡Es tan complicado para una película pequeña abrirse camino!, porque de la manera que está construida la industria, no importa que la película sea buena o mala, que la película guste al público o no, pues los criterios que mueven el mercado son otros. Eso es lo que más me cuesta aceptar, porque no me gusta jugar con esa baraja. Yo quiero hacer películas para la gente. Por eso para mí el mayor premio es que la película les emocione, que les aporte cosas en su vida, que les llene. Visto así me he sentido muy premiada. De este último proceso también estoy aprendiendo muchísimo, intento aprender a jugar con esa baraja, aunque no me convenza, pero eso sí, con la ilusión y esperanza de crear alguna carta nueva, porque creo que en esta industria hay mucho que mejorar, y los que estamos en ella debemos esforzarnos en hacerlo.

- ¿Qué características sobresalientes reconoce en su apuesta cinematográfica?

- Como creadora el cine que hago, desde mi primer corto, habla de sentimientos, emociones, miradas, roces de piel, soplos de aire, de corazones que se mueven. Me gusta en mis historias hablar del amor, del miedo, de la esperanza... Temas universales que nos tocan a todos los seres humanos sin importar el color de la piel, el lugar donde vivan, el dinero que tengan. Busco emocionar al espectador desde el respeto.

- ¿Y distan mucho de sus gustos como espectadora?

- Como espectadora mi gusto va en esa misma línea. Me interesa el cine de autor, que me mueva, que me haga sentir.

- Resulta curioso que desde una isla menor donde se desarrolla su vida se puedan proponer temas tan universales como de los que habla…

- El cine, como cualquier otro lenguaje artístico, nace con una vocación universal desde un reflejo propio y único de cada creador… Los seres humanos nos podemos enamorar en cualquier lugar, bajo las estrellas en La Palma, en medio del desierto o en un puente de París. Podemos sentir miedo y dolor en el centro de Madrid o en medio de La Geria en Lanzarote, sentirnos confusos y perdidos mientras paseamos por Las Canteras o por La Concha en San Sebastián. Estos sentimientos son universales porque nos tocan a todos y en todos sitios podemos encontrarlos… No obstante, yo no siempre he vivido en La Palma, salí como cualquier estudiante con 17 años y regresé con treinta y tantos.

- ¿Cómo empezó el cine a formar parte de su vida?

- Crecí viendo películas y leyendo mucho, mi madre me contagió su afición por la lectura, y empecé a inventar historias, que vivían dentro de mi cabeza, porque en ese momento no sabía cómo sacarlas. Cuando estaba en el instituto, con 15 años, sentí que quería hacer películas, que quería estar detrás de la cámara dirigiéndolo todo, creando un mundo fantástico, irreal, que hiciera soñar a la gente, como el cine me hacía soñar a mí. Todos los pasos que he dado, a partir de ahí, estuvieron guiados por ese sueño…

- Pero seguro que pronto se dio cuenta que hacer cine no era tan simple…

- Nunca pensé que fuese simple, sabía que llevaba un largo proceso, en el que continúo. Nunca debes dejar de aprender, de mejorar. Pero siempre tuve claro que debía intentarlo con todas mis fuerzas. Desde mis años de la facultad, siempre decía que quería llegar a los cuarenta -que ya, por cierto, me queda menos- y al mirar hacia atrás sentirme orgullosa por haber luchado con todas mis fuerzas por contar historias a través del cine. La ilusión, el trabajo, la constancia y el apoyo de las personas muy cercanas son los que me hacen superar las dificultades del camino.

- ¿El "cine canario" existe?

- Si la pregunta se refiere a si en Canarias se hace cine la respuesta es sí, un sí rotundo. Ahora bien, si la pregunta se refiere a que si el cine que se hace en Canarias tiene un común denominador la respuesta es no. Y creo además que es muy buena esta repuesta, puesto que eso dice mucho de la diversidad del cine que se hace en Canarias. A mí personalmente no me gusta cerrar demasiado las fronteras, todo lo contrario. Creo que el cine debe soportar las fronteras lingüísticas, no le queda otro remedio, pero por qué vamos a cerrarlo más. Particularmente me atrae el paisaje de las islas como elemento sugerente y potenciador de mis historias, pero mis historias son universales.

- ¿Pero sí que complica la vida de cualquiera hacer cine desde Canarias? ¿O no?

- Creo que al final las cosas son como queremos verlas, y yo siempre intento mirar todo desde un punto de vista positivo, por esto me centro siempre en los beneficios más que en las complicaciones de hacer cine desde aquí. En Canarias los creadores tenemos un entorno único, diferente, en el que podemos contar historias muy diversas en cuanto a localizaciones, bañadas por una luz prodigiosa. Y yo me quedo con eso, que me parece un enorme regalo para los que queremos vivir y rodar en Canarias… Desde luego que las complicaciones también existen, y más cuando elegimos rodar en islas no capitalinas, como es mi caso. Eso supone un coste económico mayor, pero también trae consigo una importante contrapartida, que es un rodaje más tranquilo, más llevadero, sobre todo para el equipo de producción.

- ¿Los problemas del cine hecho aquí son los mismos que el de cualquier otro sitio?

- Hoy no creo que el problema del cine que se hace aquí sea distinto del que se hace en otros puntos de España. En general, el cine español en la actualidad tiene tremendas dificultades para salir a la luz. Los cines cierran, cada vez son menos los espectadores, y las salas en su mayoría no programan cine español o europeo, a no ser las especializadas en este tipo de cine, y que al ser numerosas las películas rápidamente tienen que sacar unas y meter otras. Este problema a quien afecta sobre todo es a las películas pequeñas, a las que apenas pueden dedicar dinero a su promoción y que, por tanto, necesitarían estar más tiempo en cartel… Vivimos una época de profundos cambios, se abren nuevas ventanas, y está por ver qué pasará con todo esto. El cine está buscando nuevas vías para llegar a los espectadores además de la sala tradicional. Lo que es necesario es que esas vías también generen ingresos para las productoras de las películas…

- También tiene productora propia…

- Pero ahora ya es otra cosa, pues al asociarme con Xavi Guallar, un profesional de la producción, todo es distinto, que además de amigo y socio es un gran profesional con una larga trayectoria de más de veinte películas a sus espaldas, un complemento perfecto para mí, puesto que me permite centrarme en mi labor creativa, y no estar con los diálogos y los números en la cabeza al mismo tiempo, como tenía que hacer antes. Hacemos un buen equipo, trabajamos con ilusión y entusiasmo y confiamos en nuestros proyectos y en lo que podemos aportar dentro de la industria audiovisual.

- Y también una "Escuela Encantada"… ¿De qué va el asunto?

- La Escuela Encantada es una escuela de cine, arte y creación que hemos creado el escultor Fran Concepción y yo. La inauguramos en junio del 2008. Ha sido un proyecto muy costoso que hemos podido materializar gracias a la ayuda europea del programa Leader +, a través de Ader La Palma. Cuando yo entré a la casa que hoy en día alberga la escuela me encantó, estaba bastante deteriorada, pero vi esa pequeña escuela que tenía en la cabeza desde mi etapa de estudiante de cine en Madrid… Hemos planteado una escuela pequeña, coqueta, humana, donde ver el cine y el arte de una manera cercana, y sobre todo donde poder transmitir nuestra pasión por estas disciplinas artísticas. La escuela realiza su máxima actividad en los meses de verano a través de talleres intensivos abiertos a toda Canarias. El resto del año la programación está más centrada en alumnos de la isla. También hacemos una programación cultural basada en conciertos, exposiciones y proyecciones. Intentamos dar una oferta formativa al tiempo que fomentamos el encuentro y la creación, dentro de nuestras posibilidades. Para ello también hemos contado con el apoyo de instituciones insulares como el Cabildo de La Palma, el Ayuntamiento de El Paso y también del Gobierno de Canarias.

- ¿Y sus guiones? ¿De dónde y cómo surgen: azares, manías, preocupaciones…?

- Lo que hago es observar, mantener mis sentidos despiertos, y llevar siempre conmigo una pequeña libreta en la que recojo cosas que veo, que siento. Tengo muchísimas pequeñas libretas, mis historias casi siempre empiezan así, siendo sólo una frase en una pequeña libreta. Luego comienzan a llegar las imágenes, y poco a poco los personajes, lugares, atmósferas, luces y colores, hasta que se convierte en un guión. Es un proceso alucinante, yo incluso diría que mágico, aunque eso sí, con muchísimas horas de intenso y apasionante trabajo detrás.

-¿Fuera de aquí su primer largo fue recibido como un producto canario?

- Cuando la película salió fuera, a ciertos periodistas y público les ha llamado la atención el hecho de que yo sea canaria y la película se haya rodado en Canarias, quizás -según me decían- porque no era habitual ver productos canarios fuera. Y en ese sentido sí se ha considerado un producto canario, porque evidentemente lo es, y me alegra enormemente que lo sea. Creo que esa es, en general, porque hay excepciones evidentemente, nuestra asignatura pendiente, si nos referimos a los largometrajes: mostrar nuestros productos en el exterior de una manera competitiva… Yo creo que en Canarias estamos ante nuevas oportunidades. Se está viendo el fruto del trabajo que se viene haciendo desde hace unos años, tanto a nivel institucional como privado. Siempre falta mucho por hacer, claro, pero ahora el panorama es muy distinto a cuando yo empecé hace casi 10 años. Soy por naturaleza optimista, y creo que es mejor ver lo conseguido, lo alcanzado, que centrarse en lo que falta.

- Pero hablar de lo que nos falta, ¿no es también una manera de progresar?

- En cierta manera sí. Pero planteado así creo que el tema es más complejo… Evidentemente nos faltan cosas, pero de igual manera creo también que habría que modificar otras, y no me refiero ya al cine hecho desde Canarias. Me refiero al cine español en general. Con la nueva y polémica Ley del Cine veremos qué pasa… Desde mi punto de vista hay aspectos interesantes que pueden servir como nuevos apoyos, pero también hay otros que podrían plantear nuevos problemas. Habrá que esperar un tiempo y ver los efectos al aplicar la nueva ley.

- ¿Qué inconvenientes y qué aspectos positivos destacaría de esta Nueva Ley?

- Hay una importante controversia con la nueva orden nada buena para ninguna de las dos partes, y menos para el cine español tradicionalmente tan frágil… Parar la orden, ha conllevado un retraso en la convocatoria de las ayudas previstas para este año y que nos afecta a todos. Yo veo más cosas positivas en ella, lo que no significa que no contenga también algunas negativas… Me parece bien que la cantidad de la ayuda a guión suba, como también que se haya creado una nueva ayuda al desarrollo de proyectos, que considero bastante necesaria. Veo muy positivo también que se ofrezca una ayuda mayor a películas de nuevos realizadores, pues al subir la cantidad hace que, si consigues la ayuda, obtengas un apoyo decisivo para poder rodar tu película. Evidentemente esta medida conllevará que sea menor el número de películas beneficiadas, pero por otro lado las que consigan estas ayudas tendrán un respaldo muy importante económicamente hablando…

- ¿Podría explicar en base a su primer y único largo hasta el momento por qué el presupuesto de una película es imprescindible para que llegue a una pantalla?

- Mira… Yo he conseguido hacer realidad mi película El amor se mueve con 500.000 euros, obteniendo ayudas del ICAA, de Canarias Cultura en Red, del Cabildo de La Palma, Cajacanarias y la participación de la TVC, y aún teniendo este apoyo he visto cómo las posibilidades se cerraban una y otra vez, desde antes del rodaje, porque no teníamos el dinero necesario para rodar la película que tenía escrita. Adapté el guión, reduje las localizaciones, ceñí la planificación, y todo para poder hacerlo con el dinero que teníamos: menos semanas de rodaje, menos islas, y siempre recortando. Pero lo peor es que cuando tienes la película terminada y ves que tiene posibilidades de volar lejos careces de dinero para impulsarla, y todo se convierte en deudas. Para mí fue un gran aprendizaje en mi vida… Lo que quiero decir es que si se hacen con más presupuesto, más posibilidades tienen de llegar más lejos. Todos queremos hacer películas que se vean, con suficientes copias, que lleguen al público, que tengan difusión. Y para eso el dinero con que cuentes es indispensable. Esto es así.

- Tiene entre manos su nuevo largometraje: Sara y las estrellas... ¿Volveremos a encontrarnos con las mismas obsesiones cinematográficas de Mercedes Afonso?

- Seguirá en la misma línea… Me siguen interesando los sentimientos, las emociones de los seres humanos. Pero esta vez, como es lógico, quiero ir un poco más allá. Sara y las estrellas es una película de grandes conflictos internos dentro de los personajes, de importantes elecciones vitales. Es una historia que vuelve a hablar del amor, del miedo y del valor, de estar perdidos, de encontrar el camino bajo el increíble cielo de La Palma. Es una película muy vitalista, llena de luz, contada a través de una cámara inquieta que no sólo seguirá los ojos de los personajes, sino también sus manos, sus pieles. Es una película que quiero contar desde la piel, intensa, íntima, cercana… Desde luego será un paso más en mi cine, no cabe duda, porque cada historia es un nuevo reto personal y profesional…

Noticia sacada de "La Opinión" el 15-02-10